lunes, 25 de junio de 2012

Un mundo que acaba

En los últimos años se ha dado un inesperado auge de los documentales biográficos sobre músicos, en concreto, sobre bandas de rock o sobre su peripecia. ¿Por qué interesan tanto? Podría decirse que, en principio, porque son baratos de hacer y ofrecen una buena relación calidad-precio entre lo que cuestan y el atractivo de lo que cuentan. Pero interesan también porque el relato de un mundo cuando más imprescindible parece es precisamente cuando se halla en trance de desaparición. Una especie de nostalgia anticipada, supongo.  De joven, tuve la suerte de tocar en una banda de esas que lo tenían todo permitido: grandes presupuestos, desplazamiento de trailers con estudios de grabación dentro, grabaciones en islas, grandes facturas de hoteles, etc. Hoy en día, todo ese panorama rueda hacia la definitiva demolición. La música volverá a reinar (cuando se arregle ese sindiós legislativo de internet), pero, tal como sucedió con el cambio del mudo al sonoro, desparece todo un antiguo mundo que ya jamás volverá.

Cuando abandoné el grupo, estuve un par de años colaborando con la Unidad de Estudios Biográficos de la Universidad Central de Barcelona. Me ayudó el hecho de que era un incansable lector de biografías, crónicas, etc. Especialmente de músicos. Supongo que me aficioné para combatir mi angustia, mi miedo y mi desamparo frente a la indefensión de nuestra profesión. Lo que buscaba en esos libros era saber cómo lo habían hecho, cómo habían resistido. En cierto modo, compartir y liberarme del miedo, la angustia y el desamparo ante el futuro que se siente cuando eres músico, compositor o escritor en este país. Leyendo, descubrí entonces que la vida de una persona, contada con verdad, a poco que le haya pasado alguna peripecia mínima, es más emocionante y divertida que cualquier novela.

Los que gustamos de las biografías en general (sean o no de músicos) no podemos dejar de alegrarnos del aumento y favor del público de estos nuevos documentales. Sea quien sea y en el formato que sea (escrito, cantado o filmado), sean bienvenidas las nuevas vidas contadas. Hacen compañía.

La Razón - 23 de junio.

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